¿QUÉ ES UNA CABINA DE BIOSEGURIDAD?

¿QUÉ ES UNA CABINA DE BIOSEGURIDAD?
Las cabinas de seguridad biológica , comúnmente conocidas como cabinas de bioseguridad, forman parte de un grupo de equipos destinados a mejorar las condiciones generales bajo las cuales se realizan una gran variedad de actividades en los laboratorios clínicos y de investigación en el área de salud pública.
La concepción y desarrollo de este tipo de equipos se inició a principios del siglo XX, cuando se diseñó una caja de aislamiento microbiológico, la cual se mantenía a presión negativa. Disponía de un filtro de ingreso y el aire finalmente se extraía de la misma a través de un frasco que contenía una solución desinfectante.
En 1943, Van Den Ende, diseñó y construyó la que puede considerarse como la primera cabina de bioseguridad, en la cual se generaba un movimiento de aire hacia el área contenida a través de un quemador, colocado sobre el conducto de extracción o chimenea.
Dicho diseño fue refinado y hacia 1953 se logró una versión de las cabinas de bioseguridad conocidas hoy en día como Clase I, aunque con filtros fabricados en lana de vidrio que únicamente proporcionaban, como máximo, una eficiencia del 95%, de forma que el aire de extracción debía ser incinerado.
En 1962, como consecuencia del desarrollo de los filtros denominados HEPA (High Efficiency Particulate Air), se logró que el aire pudiera ser filtrado para ser descargado al exterior del laboratorio o pudiera ser reciclado dentro de la cabina, hecho que generó el desarrollo de las diversas clases de cabinas de bioseguridad existentes hoy en día.
Las cabinas de bioseguridad son equipos que proporcionan una barrera de contención para trabajar de forma segura con agentes infecciosos. Se les conoce igualmente bajo otras denominaciones tales como cabinas de bioseguridad, campanas microbiológicas o campanas de flujo laminar. Sin embargo, este último término podría llevar a interpretaciones erróneas, por existir equipos aparentemente similares que han sido desarrollados para efectuar otro tipo de actividades, en las cuales se requiere de algunas condiciones de aislamiento que pueden no tener nada que ver con microorganismos. Entre esta última categoría estarían las cabinas de flujo laminar (horizontales o verticales) siendo sus principales usuarios las industrias electrónicas y farmacéuticas.
Dependiendo de su diseño y clasificación, las cabinas de bioseguridad son adecuadas para proteger al:
- Trabajador
- Medio ambiente
- Producto
Son equipos que han sido diseñados para mantener un área denominada zona de trabajo, libre de partículas o de probables contaminantes tales como bacterias que puedan alterar el producto con el cual se trabaja, afectar la salud del trabajador o afectar el medio ambiente.
La protección se logra mediante la combinación de elementos electromecánicos/electrónicos (motor, ventilador, filtro, ductos, iluminación, etc.), y procesos físicos (flujo laminar, diferencias de presiones) que impulsan el aire a través de unos filtros especiales de gran superficie, estratégicamente situados, que tienen una eficiencia mínima de retención de partículas del 99,99%, cuando el tamaño de estas es en promedio de 0,3 μm (micrómetros). Dichos filtros se conocen internacionalmente como filtros HEPA y resultan adecuados para retener los aerosoles que se generan cuando se realizan procedimientos experimentales con agentes biológicos como agitación, centrifugación o mezcla.
Existen tres clases básicas, conocidas como:
- Clase I
- Clase II (Tipos: A, B1, B2 y B3)
- Clase III